No demos nada por sentado: amar hasta el final
Acompañar a los padres en sus últimos días no es una obligación, sino un regalo para el alma. Con honestidad comparto mi llamado a vivir cada día como único y a estar presentes cuando más nos necesiten.
Angélica Hernández
5/8/20241 min read
Desde mi infancia, muchas veces en la mesa familiar tocamos temas incómodos, que poco a poco se fueron convirtiendo en "normales", y a veces motivo de chiste, la vejez, como llegar a ella, imaginar la mejor manera de morir o mejor dicho desear vivir bien hasta morir. ¡Pero! la vida te da sorpresas!, y por mucho que se hable, la verdad es que solo sucederá lo que tenga que suceder.
Los padres no son para siempre, tampoco los hijos, aunque eso sea ley de vida, a veces suceden cosas y ellos se van antes.
No demos nada por sentado y disfrutemos cada momento como si fuera el último, y aunque esto pueda ser una frase de redes, créanme que así debe ser, no me estoy refiriendo a la vida loca, a los excesos ni hacer solo lo que queremos. Me refiero a vivir cada momento como único e irrepetible para que nuestros seres queridos queden gravados a fuego en nuestros corazones.
¡Amigos el que pueda, el que quiera, el que esté preparado o simplemente tenga coraje, cuando llegue el momento, no dejen de acompañar a sus padres, porque estoy segura de que amar y estar hasta el final será la mejor manera de soltar sin reprocharnos nada, evitemos que queden cosas pendientes, eso nos hará libres y les permitiremos a ellos volar!
Esta es la última foto que tengo de mi mamá, ya con algunas nanas, hoy sigue con nosotros y no deja de enseñarnos, ella sabe lo que viene y nos está preparando para que ese día no nos tome por sorpresa.
¡Gracias, mamá!
-Mañana, como siempre que hago alguna publicación donde los mencionó, a ti o a papá, te la mostraré y leeré, sé que tú entenderás porque lo hago. -

